En la Biblioteca Nacional de España, en Madrid, se conserva un singular manuscrito de arquitectura. El tratado fue realizado por un autor desconocido, se desarrolla a lo largo de 130 folios escritos con una cuidada caligrafía. Sin embargo, la obra no cuenta con una ni portada que nos aporte algún dato de esta obra como su título o el lugar o el año en el que fue redactado. El manuscrito tampoco incluyen ni un índice de contenidos, ni ningún tipo de dibujo o ilustración y el texto del tratado comienza abruptamente en el folio primero. No obstante, a pesar de esta carencias, se trata de un texto eminentemente didáctico y «estructurado con una extraordinaria lógica, regido por una disciplina interna y una coherencia conceptual extraordinarias, que contiene un estudio detallado y preciso, casi arqueológico de los edificios antiguos»1.
«Hay que añadir que esta obra fue el primer tratado escrito en España como un proyecto integral dedicado específicamente a la arquitectura y al urbanismo. Prueba de ello son la variedad de temas abordados»
Por un lado, en un primer bloque relacionado con la arquitectura, se describe cada uno de los elementos que forman los diferentes órdenes arquitectónicos y su ornamentación, así como la configuración y dimensionamiento de los elementos estructurales más relevantes de un edificio –arcadas, pilares, bóvedas, artesonados, escaleras y muros–, prestando una especial atención a las características que deben tener las puertas y ventanas. Mientras por otro lado, en un segundo bloque, relacionado con el urbanismo, se examinan varias tipologías edificicatorias –castillo o alcázar, templos, consistorios o ayuntamientos, cárceles, teatros, anfiteatros y circos–, destinadas a satisfacer las diferentes necesidades de la población.
Del mismo modo, también son objeto de estudio la configuración de las calles, de los espacios urbanos más relevantes como plazas y paseos y de la disposición de arquitectura efímeras y ornamentales como los arcos triunfales. Por último, el autor de este tratado, también se ocupó en glosar las ventajas y particularidades de los servicios urbanos con los que debía estar dotada una ciudad: la evacuación de aguas, el abastecimento de agua potable por medio de canales y presas, sus comunicaciones –caminos y puentes– y sus instalaciones portuarias, en caso de tratarse de una ciudad costera.
En un estudio realizado por Cristina Gutiérrez-Cortines Corral2, sostenía que la intención general del tratado era la de exponer la doctrina y el conjunto de principios y reglas derivados del conocimiento de la arquitectura griega y romana3. Sin embargo, a diferencia de otras obras, en esta, nuestro anónimo autor prescindió de las razones culturales o de la justificación histórica empleadas con las que otros autores buscaban la autoridad de los antiguos y, por tanto, en el texto solo se mencionan dos autores: Vitruvio y Alberti, por haber formulado una doctrina que este autor quería transmitir. Esta es la razón que llevó a Gutiérrez-Cortines a argumentar que el retorno a la Antigüedad ya estaba aceptado como un hecho cultural irreversible.
A pesar de lo especializado del texto del tratado, de las múltiples referencias a Vitruvio y Alberti y que en él se hace una defensa de la arquitectura como ciencia inspirada en la razón y basada en la medida y en la proporción4, éste no contiene ningún dibujo. Sin embargo, en relación a esta notable ausencia hay que indicar que aunque en el texto se reivindica el dibujo arquitectónico como herramienta proyectual, así como la necesidad de su práctica y dominio, quedó totalmente en un segundo plano, pues el autor centró su atención en la descripción de los ordenes arquitectónicos como uno de los elementos principales de su texto.
Este manuscrito de arquitectura fue citado por primera vez por Ramón Guitérrez5, aunque fue dado a conocer por los profesores Fernando Marías y Agustín Bustamante6, quienes lo fecharon entre 1537 y 1556, en función de dos datos. El primero fue que el anónimo autor citó el tratado de arquitectura de Sebastiano Serlio, cuyo cuarto libro7 fue publicado en Venecia en 1537. El segundo dato fue que el autor dedicó este tratado al príncipe. Existe un consenso generalizado en que el príncipe en cuestión se trataba del futuro Felipe II. Por lo tanto, el tratado tuvo que ser escrito en un momento indeterminado antes de la abdicación de Carlos I en 1556. Sin embargo, Marías y Bustamante acotaron este periodo al intervalo comprendido entre 1550 y 15528, marcado por el regreso del príncipe Felipe de su viaje «felicissimo viaje»9 a los Paises Bajos y 1552, año de la publicación en Toledo de la traducción española de los libros tercero y cuarto del tratado de arquitectura de Sebastiano Serlio10. En otro orden de cosas, los profesores Marías y Bustamante no plantearon ninguna hipótesis sobre la atribución de este texto, aunque sí afirmaron que su autor se asemejaba más a un diletante que a un profesional de la arquitectura11. Al mismo tiempo, opinaron que desde un punto de vista cronológico y tras la publicación en 1526 de Medidas del romano del Diego de Sagredo, este tratado se configuraba como la segunda obra original de la tratadística hispánica del quinientos12.
Ejemplares del manuscrito De architectura
ANÓNIMO. [Tratado de arquitectura]. [s.l]: [manuscrito], [c.1550].
Ejemplar digitalizado:
Notas
1 GUTIÉRREZ-CORTINES CORRAL, Cristina. «Estudio preliminar: Un tratado anónimo de arquitectura y de la ciudad». En: ANÓNIMO. GUTIÉRREZ-CORTINES CORRAL, Cristina, ed. Anónimo: De arquitectura: Tratado del siglo XVI. [Ed. facsímil. [s.l]: [manuscrito], [c.1550]. Madrid: Dirección General de Bellas Artes y Archivos, Consejo General de la Arquitectura Técnica de España, [c.1550] 1995. p. XVI.
2 GUTIÉRREZ-CORTINES CORRAL, Cristina. «Estudio preliminar: Un tratado anónimo de arquitectura y de la ciudad». Op. Cit. pp. XIII-XXXV.
3 Ibidem. p. XVII.
4 Ibidem. p. XVIII.
5 GUTIÉRREZ, Ramón. Notas para una bibliografía hispanoamericana de arquitectura: 1526-1875. Resistencia, [Argentina]: Universidad Nacional del Nordeste. Departamento de Historia de la Arquitectura, 1972. p. 7.
6 BUSTAMANTE, Agustín y MARÍAS, Fernando. «Un tratado inédito de arquitectura de hacia 1550». En: Boletín del Museo e Instituto Camón Aznar, 1983, no. 13, pp. 41-57. BUSTAMANTE, Agustín y MARÍAS, Fernando. «ANÓNIMO CASTELLANO. [Tratado de arquitectura]». En: SANTIAGO PÁEZ, Elena, ed. El Escorial en la Biblioteca Nacional: IV Centenario del Monasterio de El Escorial. [Catálogo de la exposición celebrada de diciembre 1985 a enero 1986 en la Biblioteca Nacional de España, Madrid]. [Madrid]: Ministerio de Cultura, 1985. pp. 216-217.
7 SERLIO, Sebastiano. Regole generali di architetura sopra le cinque maniere de gli edifici, cioe, thoscano, dorico, ionico, corinthio, et composito, con gli essempi dell’antiquita, che, per la magior parte concordano con la dottrina di Vitruuio. Venetia: Francesco Marcolini da Forli, 1537.
8 BUSTAMANTE, Agustín y MARÍAS, Fernando. «Un tratado inédito de arquitectura de hacia 1550». Op. Cit. p. 42.
9 CALVETE DE ESTRELLA, Juan Cristóbal. El felicissimo viaie d’el Poderoso Principe don Phelippe, hijo d’el Emperador don Carlos Quinto Maximo, desde España à sus tierras dela baxa Alemaña, con la descripcion de todos los Estados de Brabante y Flandes: escrito en quatro libros por Iuan Christoual Caluete de Estrella. Anuers: Martin Nucio, 1552.
10 SERLIO, Sebastiano. VILLALPANDO, Francisco, ed. Tercero y quarto libro de Architectura de Sebastian Serlio Boloñes. En los quales se trata de las maneras de como se pueden adornar los hedificios; con exemplos de las antiguedades. Agora nueuamente trazucido de toscano en romance por Francisco de Villalpando architecto. Toledo: Juan de Ayala, [1540, 1537] 1552.
11 BUSTAMANTE, Agustín y MARÍAS, Fernando. «Un tratado inédito de arquitectura de hacia 1550». Op. Cit. p. 51.
12 Ibidem. p. 57.